AUTOCARAVANISMO EUROPEO: AUTOCARAVANISTA CON CORONA -->

AUTOCARAVANISTA CON CORONA

Por Patillas de Menta
Sí, hay imágenes que hablan solas. Como esta. Corresponde el momento a la visita de la reina de Inglaterra a una factoría de autocaravanas en Bristol. Uno ya se puede imaginar cómo fue el recibimiento, con agitación popular de banderitas y ramo de flores incluido. Y si no fue así, mal por los ciudadanos de Bristol. El caso es que, tras ver la foto, tras pararse ante ella, uno se pregunta qué estará pensando Isabel II. Porque ese gesto es de estar pensando algo. Y como la imaginación es libre, servidor intenta calzarse sus zapatos, rebusca en el bolso negro una de esas pastillas de menta que nunca faltan y da rienda suelta a la neurona. Una Reina, con mayúscula, nacida en palacio y que nunca ha salido de él tiene que preguntarse, como poco, “¿y cómo se las arreglan aquí?”. Porque una de esas autocaravanas, que salta a la vista que es de gama alta, ojo, es refugio y disfrute de familias enteras. Lo de la comodidad es otro tema.

Sí, las comparaciones son odiosas, pero es que poco antes de esa instantánea se captó otra de la llegada de Isabel II y el duque de Edimburgo a Bristol y su vehículo en nada tenía que envidiar, en cuanto a tamaño se refiere, a la autocaravana. Y una mujer cuyo hogar consta de 775 estancias, 19 salones de Estado, 52 dormitorios principales, 188 habitaciones de empleados, 92 oficinas y 78 baños, por mucho que quiera calzarse los zapatos de cualquier otro mortal que día tras días se tropieza con las limitaciones del espacio, no puede sentirse como en casa en esa rulot. Y eso que a este palacio con ruedas no le falta detalle en sus apenas 15 metros cuadrados. Pues sí, Graciosísima Majestad, así pasan algunos las vacaciones. Y hasta las disfrutan.

Y como está visto que uno, por mucha imaginación que tenga, no es capaz de dar con lo que puede pasar por tan real cabeza, pues opta por el ejercicio patrio de darle la vuelta a la tortilla y llegar a la conclusión que la reina de Inglaterra desentona tanto con su impecable atuendo, con sombrero incluido, en la autocaravana como un servidor paseando por Buckingham en vaqueros, jersey gordo y chubasquero. Si yo me paseo por su palacio (previo pago, que quede claro) y no me siento un rey, pues ella seguro que en Bristol no se sintió como una autocaravanista.

Fuente: elcorreo

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